Resumen

​El presente artículo plantea dos formas de participación social que resultan paradigmáticas en México en los últimos tiempos: los movimientos sociales que, desde ciertas perspectivas, constituyen el núcleo más dinámico de la denominada "sociedad civil", en contraste con las características de las nuevas formas de delincuencia que se constituyen como uno de los problemas más importantes que enfrenta nuestra sociedad. La aproximación que hemos privilegiado para la comprensión de estas dinámicas sociales se plantea desde una Psicología Social que releva, sobre todo, aquellos elementos que corresponden a formas colectivas de subjetividad. En torno a los movimientos sociales mencionados, planteamos que sus formas imaginarias corresponden básicamente a proyectos en los cuales la pluralidad y su vocación incluyente se corresponden en una forma de organización reticular, desde la cual inciden directa e indirectamente -como interlocutores necesarios— en la definición de las políticas sociales del Estado. Por su parte, la configuración imaginaria de las nuevas formas de delincuencia nos remite, sobre todo, a figuras que corresponden a la temática mítica del mundo invertido, características de grupos sociales con un fuerte monto generacional de resentimiento, y con modos de acción que remiten a formas de temporalidad más cercanas a lo que Laplantine llama la posesión.